miércoles, 23 de julio de 2014

Convocatoría Peracense 2014

 
 
Convocatoria VIII Encuentro de Grupos de Recreación Castillo de Peracense 1214/2014
Todo el reino hierve de inquietud. Las premoniciones, los falsos rumores y las malas nuevas se extienden por bosques, valles y ciudades.
Hace ya un año que la mesnada regia y la hueste real partieron hacia el norte. Y es demasiado tiempo para que nada se sepa. Algunos dicen que han visto cómo mesnadas maltrechas regresan a sus castillos, señoríos, villas y fronteras. Si cierto es, nada bueno se augura.
También el castillo rojo está preso de inquietud y sus guardas ansían saber.
¿Dónde esa don Sancho de Antillón? ¿Dónde están los ballesteros, sirvientes de mesnada y los caballeros que con él partieron? ¿Y el rey? ¿Dónde está don Pedro?

Gombalt, desde la cruz de su caballo, mira con cansancio la punta de los virotes que le apuntan desde las almenas de la puerta del castillo rojo y, con sorna, dice:
―¡Vamos, Fortún!, ¿Se han secado tus ojos en el último año?
El aludido, sorprendido, pregunta en voz alta:
―¡Gombalt! ¿Eres tú, maldito fullero?
―Sí, soy yo ―responde con amargura Gombalt―. Molido y aspeado, pero soy yo. Abridme, de una vez, el portón que traigo nuevas, aunque sean malas.
Fortún baja la ballesta y deja de apuntar al viajero, al tiempo que con interés le pregunta.
― Pero, ¿qué haces tú aquí? ¿No estabas con la mesnada de don Sancho en la hueste real?
―Estaba, para mi pesar. ¡Pero ábreme ya de una vez!-
―Ya lo están haciendo, no te impacientes más. Enseguida podrás descansar… Pero antes dime, ¿Qué es de don Sancho?, ¿Qué es del Rey?-
―Don Sancho viene a media jornada, tras de mí. Y el Rey... ¡Del Rey, don Sancho os dirá!

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