lunes, 13 de mayo de 2013

LUNA VILLA REGIA. 15 DE JUNIO

 
LUNA, VILLA REGIA.
 
 
A todos cuantos la presente vieren y entendieren, salud y dilección.
Lejanos quedan los tiempos en que esta villa del Arba sufrió grandemente por las banderías de don Lopferrench de Luna y del Comendador de Montalbán, enfrentados ambos por la herencia de don Artal. Gracias sean dadas a Jesucristo, Nuestro Señor, ahora la villa pertenece, de nuevo e íntegramente, a  don Jaime, rey de Aragón, Valencia y Mallorca y conde de Barcelona, segundo de tal nombre, quien ha acogido entre los miembros de su casa a la viuda e hijos del viejo tenente de Luna, don Rui Ximénez.
De esto hace ya más de cuatro años. Y durante todo este tiempo, cristianos y judíos han convivido sin roce bajo la protectora mano real, aunque la honor se reparta entre don Pedro Cornel y don Pedro Martinez de Luna, mientras que la villa entera prospera y crece, se torna más rica y segura para todos.
Pero en Murcia se extiende la revuelta y García Lovello, nuestro procurador en las Cortes del Reino, nos ha prevenido ya. Los tiempos amenazan, se revuelven y agitan. El muy alto y poderoso señor rey de Aragón ha convocado a las mesnadas de sus concejos y universidades para que, con pan para tres meses, acudan, según fuero, a la frontera del reino, preparados de todas sus armas y bagajes,  a fin de enfrentar aquella malhadada rebelión.
Si tal fuese así convocada, nuestra villa responderá como bien debe y nuestro señor Justicia, el muy honrado señor don Ferrán López de Senaçana, alzará señal real y tabla de acorrimiento o acordanza, tal y como es acostumbrado, ante la puerta de la iglesia San Gil. Y nosotros, miembros de la mesnada “Fidelis Regi”, en reconocimiento de los favores debidos y en descargo de nuestra obligación para con dicha villa, procederemos a inscribirnos de inmediato en las listas de la mesnada concejil. Y asimismo invitamos a cuantas otras mesnadas y hombres de armas deseen servir a nuestro buen señor rey  y alistarse bajo la señal del concejo y universidad de Luna, para que el decimoséptimo día anterior a las calendas de julio, hora tercia terciada (*), acudan ante la citada iglesia de San Gil de Luna, donde la hueste iniciará su esforzada preparación y práctica con las habituales artes, destrezas y maestrías propias de la guerra honrada y justa.
¡Que la justicia de Nuestro Señor Dios guarde a nuestra villa de la perversidad y malevolencia de los enemigos del rey y del reino!
Dado en Luna, a dos días de las nonas de abril del año del Señor de mil y trescientos.
 
 
Texto de Carlos Polite.

 

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